Está muy de moda un programa americano en el que dos profesionales, una interiorista y un agente inmobiliario, compiten para conseguir que una familia vuelva a amar su casa después de una reforma o por el contrario se decidan a venderla.
La familia entrega a los dos una lista de sus necesidades básicas y acuerdan un presupuesto con la interiorista para la reforma (bastante reducido, normalmente) y otro con el agente para la búsqueda de una vivienda alternativa.
Normalmente, acaba ganando la interiorista que transforma sus viviendas con un costo mínimo y además, como hacen ver en el programa, consiguiendo un valor añadido por encima de éste, en caso de que se decidieran por venderla.
Esta claro que en manos de un buen profesional, con una mínima inversión podemos conseguir resultados sorprendentes,
tanto en viviendas:
Como en locales:
Además, podemos aprovechar una reforma para conseguir un buen ahorro en consumo de calefacción, si invertimos en aislamientos. Lo que se denomina ahora “eficiencia energética”, vamos…. trasdosados de pladur, sustitución de ventanas por otras con rotura de puente térmico, falso techos con aislante, cambios de calderas…
Todo ello, además de hacernos ahorrar en consumo, implica mejorar la etiqueta energética de nuestra vivienda que desde el 2013 es obligatoria para vender o alquilar. A mejor nivel, mayor valor de nuestra propiedad!!!