En casa de la artista y arquitecto
Marisa Coppiano
marisacoppiano.com
En esta ocasión #proyectos10 nos lleva hasta la propia casa y estudio de nuestra #experta10 museógrafa, artista y arquitecto Marisa Coppiano en Turín (Italia).
Será ella misma quién, en un paseo virtual nos enseñe todos los rincones de su estudio, atelier , biblioteca … y nos deje ver, con todo detalle, como es su día a día en esta casa tan especial , que gracias a su hospitalidad, hemos podido disfrutar.
Por mi trabajo como arquitecto, casas y soluciones de vivienda he realizado muchas.
La última casa, el lugar donde vivo desde hace un año en Torino (Turín, Italia) es el resultado de la asociación entre la casa, en la que viví durante diez años, con mi estudio que anteriormente ocupaba toda el espacio de la vivienda.
El estudio – el espacio para la acción – y la casa, mi «punto de reflexión» y de replegarme en mí misma, se han agrupado bajo un mismo techo !!
A pocos pasos del Castello del Valentino y el parque del mismo nombre, el edificio , que data de 1903 , fué construido por un industrial piamontés.
La casa cuenta su historia a través de sus pavimentos y de una variedad de detalles arquitectónicos que muestran los rasgos estilísticos típicos del período Liberty.
ENTRADA: Sobre la librería Opus Incertum del diseñador americano de origen coreano Sean Yoo para Casamania, la lámpara Burgie Oro firmada por Ferruccio Laviani para Kartell y una serie de collage de Marisa Coppiano (arquitecto y artista)
Situado en el barrio multiétnico de San Salvario, en el centro de la ciudad , la residencia se encuentra a tiro de piedra de la estación central de Turín.
San Salvario se ha convertido en los últimos años en uno de los barrios más «trendy» de la ciudad, lleno de restaurantes y vida nocturna de toda clase y tipo.
El piso, bien cuidado en el proyecto de renovación y restauración, es una mezcla perfecta de tradición y modernidad; un gran espacio lleno de confort, donde la atención al detalle convive con un sello contemporáneo , subrayado por la discreta presencia de elementos de hierro y chapas galvanizadas que recuerdan a la instalación antigua de las áreas de trabajo que se han conservado como huella de Memoria.
Colores como expresión de la identidad humana y de las emociones más íntimas; paredes como memoria de almacenamiento, cortinas como diafragmas, pantallas flexibles que pueden crear salas temporales, filtrar la luz y el ruido, circunscribiendo un clímax emotivo.
Deslizándose sobre raíles invisibles, la cortina marca metafóricamente umbrales y perímetros y al mismo tiempo corta el ambiente para recogerlo y protegerlo, conviertiéndolo en un espacio líquido, fluido y flexible.
Por la constante relación de colaboración con muchos artistas contemporáneos nacieron muchas de las opciones proyectuales.
La pasión por la wunderkammer convierte algunas esquinas en «cuartos de las maravillas», aunque no sin tener en cuenta un sistema de distribución muy funcional para la vida diaria.
EL ESTUDIO Y ATELIER
DETALLE DE LA ENTRADA: En primer plano en la pared, una acuarela de Mauro Chessa.
En esta zona Marisa recibe a sus clientes y discute con ellos los avances de sus trabajos en curso.
Las butacas de cuero provienen de un hotel decó en la Costa Azul, la lámpara es el modelo Arco de Achille Castiglioni para Flos. Sobre las paredes alguna obras de su colección privada.
Junto al ingreso, el Atelier donde trabaja en su producción artística y el estudio-biblioteca. Sobre la pared una acuarela de la pintora Anna Lequio.
EL ATELIER: con su desorden y los papeles que Marisa utiliza para realizar sus collage, expresión preferida como artista.
Las sillas son el modelo Maui de Vico Magistretti para Kartell. Al fondo una obra, en la pared, de Maurizio Vetrugno.
EL ESTUDIO: El mostrador del ochocientos,en madera de nogal, proviene de una drogueria histórica de familia y subdivide el area del atelier del estudio-biblioteca.
La lámpara Diomira, apoyada en el mostrador, es uno de los proyectos de diseño de Marisa. Siempre sobre éste, la escultura en plomo y marmol, «El estupro de Italia «del inglés Andrew Turner.
En la pared una serie de bocetos de trajes del gran escenógrafo Eugenio Guglielminetti y algunos collage de la propia Marisa Coppiano.
LA TOILETTE DEL ESTUDIO: en la pared una pequeña cerámica, la Fanny, típica de Vailleuris
EL PASILLO DE ACCESO A LA CASA: una suntuosa cortina de terciopelo y lino divide el espacio de trabajo y la casa de Marisa.
LA CASA
LA COCINA: Color azul en las paredes- para recordar el mar¡¡- acero en el bloque de los electrodomésticos, antiguas credencias de proveniencia india como despensas. Obras de arte en las paredes de la colección particular.
Mesa escultura obra de Franco Ferrero, escultura en la pared de Eugenio Guglielminetti y frutero de madera proyecto de la Design Academy de Eindhowen
EL COMEDOR: Es la estancia donde Marisa recibe a sus invitados, inmersa dentro de su colección de platos de cerámica y sus creaciones: una serie de platos y salvaplatos en serie numerada y las lámparas de su creación. El cuadro grande de la pared es de Giacomo Soffiantino
LA HABITACIÓN DE INVITADOS: inmersa totalmente en el tono verde y el azul petroleo alberga la biblioteca de literatura.
Sobre las paredes detras de la cama el collage de Marisa » Paesaggi Sinceri» de 2012. Sobre la mesita de hierro de la serie “Toi et moi» disegno de Marisa Coppiano, la lámpara Lotus del escultor digital Janne Kyttanen
EL BAÑO: El baño de Marisa es una verdadera estancia de baño donde el uso de la cortina como elemento divisorio crea un diafragma entre las zona de sanitarios y el antebaño. La cortina es una obra de la propia Marisa Coppiano.
EL DORMITORIO: el espacio está sabiamente dividido a través de una serie de corinas de terciopelo y seda para crear la antecámara, la zona de cama y el vestidor. La cama es el modelo Bed de Jasper Morrison para Cappellini
EL LIVING: la zona de relax de la casa está marcada por el contraste cromático entre el color ciruela de las paredes y la decoración blanca.
El diván blanco Orly de Jasper Morrison para Cappellini y de frente, los sillones en tejido turquesa “l’homme e la femme” de Francesco Binfarè para Edra; al lado, una mesilla años 50 con el florero de artista Notre Monde de la Galería Tom Design deTorino.
La lámpara Tolomeo de Miche de Lucchi para Artemide, suspendida sobre la mesa Tulip de Eero Saarinen con las sillas Seven de Arne Jacobsen.
Sobre el techo, las lamparas Beat de Tom Dixon en color blanco. En la pared, una obra de Gaetano Brandini.
FOTOGRAFÍAS : SERGIO ORIANI
MARISA COPPIANO.
Di case e di situazioni abitative ne ho cambiate tante.
L’ultima casa, quella in cui vivo da un anno, nasce da un sodalizio, quello tra la dimora in cui ho vissuto per una decina di anni, con il mio studio che in precedenza occupava l’intera superficie dell’appartamento. Lo studio – lo spazio dell’agire – e la casa, il mio “pensatoio”, il “ripiegarmi su me stessa” si sono fusi sotto un unico tetto!!
A pochi passi dal Castello del Valentino e dall’omonimo parco, lo stabile risale al 1903 e fu fatto costruire da un industriale piemontese. La casa narra la sua storia attraverso i pavimenti e una serie di dettagli architettonici che riportano agli stilemi tipici del periodo Liberty.
Ubicata nel quartiere multietnico di San Salvario e limitrofa al centro cittadino, la dimora è situata a due passi dalla stazione centrale di Torino. E San Salvario è diventato in questi ultimi anni il quartiere davvero trendy della città, brulicante di ristoranti e locali notturni di ogni genere e tipo.
L’appartamento, curato nella ristrutturazione e nel restauro dal sapiente intervento progettuale della padrona di casa – architetto e artista – è un perfetto mix di fascino e attualità, un ampio spazio all’insegna del confort, in cui l’attenzione al dettaglio convive con un’impronta contemporanea sottolineata dalla presenza discreta di dettagli in ferro e lamiere zincate che rimandano al precedente impianto delle zone di lavoro che sono state mantenute come impronte della Memoria.
Colori come espressione di una identità umana, delle emozioni più intime; pareti come deposito della memoria, tende come diaframmi, schermi flessibili in grado di creare stanze temporanee, filtrare luce e rumore, circoscrivere un climax emotivo.
Scivolando su binari invisibili, la tenda segna metaforicamente soglie e perimetri e al tempo stesso taglia l’ambiente per raccoglierlo e proteggerlo, lo trasforma in uno spazio liquido, fluido e flessibile.
Dal costante rapporto di collaborazione con molti artisti contemporanei sono nate alcune delle scelte progettuali.
La passione per le wunderkammer trasforma alcuni angoli in circoscritte “stanze delle meraviglie”, pur non prescindendo da un impianto distributivo estremamente funzionale alla quotidianità
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Una dimora meravigliosa colma di particolari,spazi,colore e vita. Non potrebbe essere diversa la casa dell’Architetto Marisa Coppiano.