Una cama plegable para pared es un mueble funcional, sobre todo en aquellas habitaciones en las que la falta de espacio impide tener muchos muebles. De esta forma, al ocultar la cama y sacarla solo cuando se necesita, se permite utilizar el espacio disponible para otros usos.
Las camas abatibles se pueden almacenar directamente en la pared, pero también plegar en un armario, consiguiendo un ahorro en espacio y en funcionalidad. Pero todo lo bueno tiene también algunas cosas malas.
El origen de las camas plegables
Las camas plegables fueron en su época una novedad a la que muchos accedieron. Hablamos de los años 80 y 90, momento en que se pusieron de moda y se utilizaban ya fuera que se necesitara ese espacio o no.
Hoy día, si bien no son tan populares como antes, siguen siendo una opción para muchos hogares. Sin embargo, el hecho de que existen diferentes tipos de camas con diseños, características y precios dispares hacen que estas no obtengan las ventas que antaño conseguían.
En un principio, esas primeras camas plegables que surgieron no eran más que camas con bisagras que, de modo rudimentario, se podían esconder o al menos levantar fijando la tabla para que no se cayera en un momento dado. Pero no daban facilidades de almacenamiento adicional, lo que provocaba que, si bien liberaba espacio, había que buscar otro almacenamiento.
Con el paso del tiempo, las camas abatibles modernas sí incluyeron esa función. En el mercado se pueden encontrar camas con almacenamientos a los lados, o incluso convertirlas en sofás aun cuando se pliegan contra la pared.
Cómo es una cama plegable
Las camas plegables no difieren demasiado de las camas normales, excepto en el hecho de que los pies son abatibles o que incluso pueden desaparecer cuando se levantan, sosteniendo con ello el colchón y manteniendo la forma de las sábanas.
En este caso, al plegar una cama se suele retirar de ella la almohada (hay algunos diseños en los que se mantiene). El plegado se produce a peso, es decir, levantando la cama. Sin embargo, esta puede quedar vertical a la pared o puede formar parte de un armario o estantería, de tal forma que, o bien se queda fija escondida por una puerta, o incluso se gira 180 grados para ocultarla por completo a cambio de una estantería u otro tipo de decoración (un cuadro, mural, etc.).
Ventajas de las camas plegables
Instalar una cama plegable para pared tiene como principal ventaja el ahorro de espacio. Este se puede utilizar por el día, mientras que la cama no es necesaria, dando la sensación de que la habitación es más grande y está menos saturada de mueble que estando la cama en ella.
Pero, además, también permite:
- Debido a que pueden disponer de almacenamiento o bien servir como elemento decorativo (por ejemplo que el tablero donde está la cama sea una estantería.
- Una cama extra. Sobre todo para invitados que necesitan pasar la noche. De esta forma se le ofrece una opción más confortable que el típico sofá (sobre todo si este no es un sofá cama).
- Diseño que las hace invisibles. Quizá los primeros modelos no, pero ahora muchas camas quedan ocultas dentro de armarios que pasan desapercibidos o bien forman parte de la decoración diaria sin presagiar que, por dentro, se esconde un colchón.
Un añadido más a estas ventajas estriba en la calidad del colchón. Al pasar constantemente (a diario) el colchón de horizontal a vertical, permite que se conserven mucho más, lo cual ayuda a una mayor durabilidad de los materiales de que está hecho.
La cara B negativa de las camas plegables
En el caso de los inconvenientes de las camas plegables, uno de los más importantes estriba en el peso de la cama, ya que al plegarse y guardarse, el hacerlo manual puede ser demasiado pesado para ciertas personas. Esto provoca en ocasiones que sea más sencillo dejar abierta la cama que guardarla.
Este tipo de camas no pueden ser abiertas ni cerradas por niños, debido a su peso, pero también a la seguridad que hay que dar de que la cama está completamente desplegada para evitar accidentes.
Otro de los problemas que dan las camas plegables tiene que ver con la organización. Al ser abatibles y levantarlas, las sábanas pueden desorganizarse, además de que, en muchos casos, no se pueden guardar con edredones o mantas gruesas debido a que no termina de cerrar bien el mueble de la cama, con lo que habría que estar haciendo y deshaciendo la cama continuamente.
Finalmente, esa extracción y guardado de la cama puede hacer que los materiales usados en la fabricación de la cama acaben deteriorándose. En otras palabras, pueden romperse. Si las camas están destinadas a los invitados es fácil que puedan durar 20 años o más, pero si la frecuencia del pliegue y despliegue es habitual, o diaria, la esperanza de vida del mueble se acorta bastante.
No hay duda de que la cama plegable para pared son la opción perfecta para cuando no se dispone de espacio en un hogar, o bien se quiere maximizar. Pero a la hora de comprarla es importante tener presente lo bueno y lo malo de ellas para hacer una elección adecuada en base a las necesidades, presupuesto y espacio.
A la hora de elegir nuestra cama podemos optar por utilizar una cama o una cama plegable si queremos aprovechar al máximo el espacio de nuestra habitación. También es conveniente equiparla con toda la ropa de cama necesaria como edredones, mantas, fundas de colchón y sábanas. Debemos de elegir unas sábanas que se ajusten perfectamente al tamaño de nuestra cama y que sean de materiales de primera calidad como el algodón que nos proporciona un tacto suave y transpirable.