El interiorismo corporativo en la empresa
Iván Cotado
Hace poco publicábamos un artículo en nuestro blog titulado “3 razones para fijarse en el interiorismo corporativo”.
Utilizábamos un tono informal para transmitir mediante metáforas una realidad, la del interiorismo comercial, que quizá requiera un tratamiento más desarrollado y contundente dada la importancia directa que esta disciplina tiene para el correcto funcionamiento de una marca, o empresa, con puntos de venta físicos.
CUANDO LA CALIDAD YA NO TE DIFERENCIA
Hoy en día la calidad ya no te diferencia de nadie, se presupone incluida en el precio.
Pero «solo» con calidad no vas a ningún sitio.
Para tener éxito, la calidad ha de ir acompañada de miles de atributos más. Y, dado que el marketing empresarial no es una guerra de productos, sino de percepciones, son esos miles de atributos «a mayores» los que definirán el éxito, o el fracaso, de tu trayectoria empresarial.
Al igual que comentaba en el mencionado artículo, podría enumerar decenas de argumentos donde el interiorismo corporativo es vital para una marca.
Por simplicidad nos quedaremos con cinco:
5 aspectos fundamentales en el interiorismo corporativo
1) El punto de contacto
Quieras o no el local comercial es el mayor y más decisivo punto de contacto entre el cliente y la marca.
Decíamos en aquel artículo que «un espacio comercial es aquello que se interpone entre un empresario y su cliente» y es que, el interiorismo corporativo en el punto de venta, no solo es la herramienta perfecta para atraer a tu target, sino que es el lugar donde se juega el partido decisivo, la final donde se decide el vencedor, el todo o nada.
En el punto de venta ya no sirven las transacciones satisfactorias, eso se puede lograr a golpe de clic o en la competencia, el consumidor busca experiencias memorables.
Soy consciente de los excesos que estamos cometiendo con este concepto, hasta el punto, incuso, de banalizar su valor, pero se puede, y se debe, buscar la excelencia experiencial en el punto de venta. Es el único camino.
2) El mensaje
Dado que el espacio comercial es uno de los puntos de contacto con mayor peso en el último tramo de una decisión de compra, es fácil deducir que esa contundencia radica en el mensaje que seamos capaces de transmitir a través del diseño interior.
Un interiorista comercial no es más que un comunicador, traslada al consumidor un mensaje generado por el empresario.
Captamos información corporativa propia, la analizamos, ponderamos el posicionamiento de la competencia y traducimos los inputs en una definición física a la que llamamos espacio comercial, pero que realmente está cargada de sensaciones, emociones e intangibles que persiguen un único objetivo, comunicar en pro de la optimización del negocio.
3) La diferencia competitiva
Decía Roberto Goizueta, ex consejero de Coca-Cola, que
«si las tres claves en bienes raíces son ubicación, ubicación, ubicación, las tres claves en bienes de gran consumo son diferenciación, diferenciación, diferenciación»
Te dediques a lo que te dediques, dada la situación actual, es muy probable que tu sector esté saturado o en vías de saturarse. Por tanto este concepto es perfectamente válido para todos, y me atrevería a decir que vital.
«O eres diferente o eres barato», suele repetir el gurú del marketing Guy Kawasaki. Y la diferencia empieza y termina en el punto de venta. No puedes pretender lanzar un mensaje diferente y que «tu rostro», la parte más visible de tu empresa, parezca (solo) un rostro más entre miles.
4) Orientación al cliente
En ocasiones nos olvidamos del que manda realmente en una empresa o marca. No es el fundador, el CEO o el propietario. En un negocio mandan los clientes. Por tanto, como diseñadores comerciales, no trabajamos para el empresario, que en realidad es nuestro cliente, trabajamos para su cliente, es decir el consumidor final del espacio comercial que proyectamos.
¿Y esto cómo se traduce? En que no importan los gustos y preferencias del empresario, ni las tendencias, ni las modas. Todo ello debe ser tenido en cuenta pero prima el consumidor, sus gustos y preferencias. Si el consumidor es joven y gusta de obtener notoriedad y visibilidad no diseñaré un espacio íntimo; del mismo modo que si busca intimidad no «abriré» el espacio —lamento la simplicidad del ejemplo, pero es necesaria.
5) Funcionalidad
Podría haber incluido en este artículo la estética como factor fundamental, y sin duda lo es, pero como es tristemente habitual que los requerimientos estéticos arrinconen a otros de mayor importancia, o al menos la misma, he preferido destacar la funcionalidad, que, dicho sea de paso, suele perder injustamente esta batalla.
A veces el interiorista se pone en la tesitura de ponderar o elegir entre estos dos atributos: estética vs. funcionalidad. Esto es un error. No debemos elegir, ambos son primordiales y posibles.
De la misma manera que no podrías elegir entre dos hijos tampoco debemos tomar este tipo de decisiones como diseñadores. Si nos vemos en esa tesitura es que el proyecto no está suficientemente maduro, debemos darle otra «vuelta», siempre hay solución.
Elegir entre funcionalidad y estética no es una opción, debemos quedarnos con las dos, debemos lograr un perfecto equilibrio entre factores estéticos, funcionales y estructurales.
Como decía anteriormente podría seguir, pero valgan estos 5 aspectos como muestra de las bondades que puede ofrecer el interiorismo corporativo a las empresas.
Sobre el autor:
EXPERTO 10DECO
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Iván Cotado es interiorista especializado en diseño de interiores comerciales y ocasionalmente docente, conferenciante y blogger. Su lema es «Diseñamos interiores. Creamos negocios». Defiende un interiorismo global centrado en hacer rentables los negocios que diseñan por encima de cualquier factor estético.
Escribe sobre negocios e interiorismo en su blog ivancotado.es/blog y comparte de forma interactiva las últimas novedades y despropósitos del sector en Facebook y Twitter (@ivancotado)
Autor del libro Un lustro de HINTERIORISMO