Hotel Solaz Los Cabos
Sordo Madaleno Arquitectos
Como ya vimos en la publicación de los premios de la X Bienal Iberoamericana de Interiorismo 2019, el Hotel Solaz los Cabos, , del estudio Sordo Madaleno Arquitectos se alzó con la “Black & Gold Medal Gran Premio” de la X Bienal CIDI 2019-2020.
Por ser un proyecto complejo, integrador en el paisaje y elegante en su diseño, utilizando materiales naturales y tradicionales, a la vez que los de última tecnología, un complejo hotelero de gran nivel”,en palabras de Teresa Casas (España), Jurado Internacional de la Bienal.
Y es que, el hotel Solaz, de la cadena Marriot situado en el extraordinario entorno natural de la península de Baja California, con su paisaje semidesértico en tonos ocre que contrasta con el azul intenso del mar de Cortés, fue el contexto ideal para erigir un nuevo referente hotelero en el país.
Con una superficie de construcción de 150,000 m2 , Solaz Los Cabos celebra la unión entre paisaje, arquitectura y arte y se desarrolla frente del mar sobre una extensión de 9.8 hectáreas con formaciones topográficas únicas.
Además del Premio de la X Bienal CIDI, el hotel ha sido merecedor, entre otros, de «Best of the year 2019« de Interior Design Magazine , Iconos del Diseño 2019, Premio Obras CEMEX 2019 , IV Bienal de Arquitectura Ciudad de México 2019, étc..
Puedes ver la presentación por Nadia Borrás, interiorista del estudio Sordo Madaleno de este proyecto en el programa especial de ENADii México y 10Deco #ENCERRADOS
EL PROYECTO
El concepto arquitectónico rector fue la correcta integración de la construcción y se logró a través de las formas orgánicas que hacen referencia al movimiento de las olas, resultando en una volumetría que se adapta al entorno.
La selección de materiales, vegetación y métodos de construcción, al ser minuciosamente estudiados, refuerzan este concepto de simbiosis y dan una congruencia contextual con este paradisíaco terreno.
Los servicios de este desarrollo hotelero se extienden para brindar más opciones de alojamiento y hospedaje a los visitantes nacionales e internacionales, siendo un proyecto que integra hotel, departamentos, restaurantes, spa, amenidades, museo de sitio y plazas abiertas.
A partir de la topografía natural del terreno, que crece de manera ascendente hacia el norte desde el nivel del mar, se decidió conformar tres grandes terrazas curvas de oriente a poniente, albergando habitaciones de hotel en el costado poniente.
La circulación a través de estas terrazas se planteó como “cañadas”, para servir como pasillos divisorios con densa vegetación entre usos y lograr mayor privacidad.
Por la misma pendiente, cada terraza es subsecuente a la otra; es decir, se forman de manera escalonada con fachadas hacia el sur para que todos los espacios gocen de una espectacular vista al mar.
Las amenidades del hotel –piscinas, club de playa, restaurante grill y solariums– se encuentran en el nivel más bajo sobre la playa.
El nivel de acceso se ubica dentro del edificio principal.
Este edificio con gran plasticidad y movimiento orgánico está compuesto por tres niveles de bloques sobrepuestos.
Cada bloque tiene dos niveles formando un total de seis y aloja habitaciones de hotel en su interior.
La volumetría de este edificio conlleva el mismo concepto de integración con el contexto, y el movimiento de sus cuerpos genera la posibilidad de mejores vistas, otorgando un carácter tectónico al desarrollo.
Distribuidos a lo largo de la colindancia sur, los departamentos operados por el hotel se disponen dentro de tres volúmenes de proporción cuadrada.
Las diferentes tipologías de habitaciones y suites del hotel emergen de la topografía que se desliza en armonía sobre la arena.
Para acceder a ellas, un patio-foyer sirve como entrada y, a la vez, como puente entre las sinuosidades topográficas del exterior y la geometría acogedora del interior.
Un ambiente cálido, maderas tropicales, textiles con colores frescos y mexicanos, así como líneas marcadas por elementos pétreos originan una estética contemporánea distintiva en cada habitación.
HABITACIONES
INTERVENCIÓN ARTÍSTICA
Otro de los pilares conceptuales del proyecto es la intervención artística dentro de muchos de los espacios diseñados.
Aquí, el escultor Cesar López Negrete crea y expone más de 400 piezas de arte que rememoran la vida y cultura de Baja California en la antigüedad.
Su visión artística complementa cada detalle construido: en lo micro (habitaciones del hotel); en lo macro (plazas abiertas y espacios comunes); en la apropiación del espacio y la integración con el sitio.
PAISAJISMO
La presencia de Solaz en Los Cabos resalta por la arquitectura que se entreteje con el arte y el contexto, en un proyecto integral de paisaje en colaboración con Gabayet 101 Paisaje.
La paleta vegetal se complementó con especies nativas según el diseño de paisaje y la intención de cada espacio.
De esta manera, la arquitectura y el paisajismo se complementan en el diseño de andadores exteriores, pasajes, amenidades al aire libre, foyeres, restaurantes, azoteas verdes en los volúmenes que descienden hacia el mar, etc.
Estas zonas logran imitar la disposición y vegetación local, así como ambientes naturales únicos en su tipo.
A través de su diseño mexicano contemporáneo, su correcta integración al paisaje y la suma de un proyecto artístico integral, este hotel se proyecta para ser el próximo icono en la industria hotelera internacional.
Fotografías: Rafael Gamo